La conciencia del suegro, para
comprar leche; para el insomnio, dos Eurocopas; para afear alcaldes, guardar como; para fuga de cerebros, el
Senado.
Para fiesta del pueblo, boda de poderes; para proyectos
futuros, mar de típex; para el que viene detrás, espermicida; para quedarse en casa, irse a la calle.
Para el afiliado, casting de tuertos; fin de mes para los principios; para los reyes
Arturo, más ginebra; ruedas de prensa
para transportar mentiras.
Noticias de las tres para el
orgullo; para despedir el año, veinte días; polígrafo alemán para jurar el
cargo; dos carreras para repartir dos pizzas; para la jubilación, morfina.
Para las vacaciones, bono-metro; para
grandes subidones, agua más IVA; para los viernes negros, carta blanca; barbas
del vecino para lo nunca visto.
Para faltas de asistencia, la
tilde de la marquesa. Para el elefante blanco, un rey a tiro. Para el
antidisturbios, quitamanchas; puentes de plata para los ríos que suenan.
Para comprar el pan, un avalista.