domingo, 29 de julio de 2012

volviendo de Irak a las seis en punto


Los expresidente, consejeros de estado vitalicios

Es como si alguien creyera que dos actores, tras darse calor en el lomo y tras el corten del jefe, siguieran odiándose a muerte; o que los de Pimpinela se siguen escupiendo cuando termina la Comunión o el bautizo de turno; o que los de Sálvame no se toman juntos la cervecita después de haberse nombrado a las sendas madres.

Parece bastante ilógico pensar que aún exista algún alma inocente que sea capaz de digerir ese tipo de teatrillo, ¿verdad? Pues los hay. Y muchos. Y podemos englobarlos a todos bajo la denominación de afiliados a partidos políticos.

miércoles, 18 de julio de 2012

y todo, ¿para qué?


La conciencia del suegro, para comprar leche; para el insomnio, dos Eurocopas; para afear alcaldes, guardar como; para fuga de cerebros, el Senado.
Para fiesta  del pueblo, boda de poderes; para proyectos futuros, mar de típex; para el que viene detrás, espermicida; para quedarse en casa, irse a la calle.

Para el afiliado, casting de tuertos; fin de mes para los principios; para los reyes Arturo, más ginebra; ruedas de prensa para transportar mentiras.
Noticias de las tres para el orgullo; para despedir el año, veinte días; polígrafo alemán para jurar el cargo; dos carreras para repartir dos pizzas; para la jubilación, morfina.

Para las vacaciones, bono-metro; para grandes subidones, agua más IVA; para los viernes negros, carta blanca; barbas del vecino para lo nunca visto.
Para faltas de asistencia, la tilde de la marquesa. Para el elefante blanco, un rey a tiro. Para el antidisturbios, quitamanchas; puentes de plata para los ríos que suenan.

Para comprar el pan, un avalista.

sábado, 14 de julio de 2012

¡que se jodan!

                    
Establece claramente el Manual del Buen Hemíptero que jamás se debe llegar a matar al huésped. Lo dice tan seriamente que, hasta ahora, ninguno de ellos lo incumplió de forma tan obscena como la rubia Malibú que nos ocupa. Se ve que a Castellón no llegan ciertos manuales; o tal vez el problema es que llegan con el título traducido: Reglamento del Congreso de los Diputados, y claro, eso lía. Una joven promesa de la política llegada del Mediterráneo, qué coño va a saber que todo esto no es más que una pantomima construida para que parezca que este país de tontos de nacimiento es una democracia con todos sus avíos. La rubia ha caído como un ñu sediento en orilla cocodrilera. Por supuesto, que se joda.

Pobre chica; ella que diputa y computa y reputa como la que más, y ahora se le viene encima toda la mala leche funcionarial y desocupada; por culpa de una sola frase, oiga. Ni la Campa ha logrado tanto. Ella, que ha tocado la cima tras ardua competición en condiciones de igualdad con otras jóvenes generaciones hijas de tal o cual perla representativa.