
Todo esto dicho sin contar con los seis
millones de desaparecidos en el día de la Diada. Estaban el Jordi, el Pep, el
Oriol…me falta gente…el binomio alcalino no estuvo porque uno no pudo y el otro no quiso…pero me faltan más. Todo precioso,
eso sí, las banderas ondeando ―alguna que otra ardiendo―, los cánticos, la
multitut; no sé si los bancos al día
siguiente condonaron o no condonaron. Los bancos son más bien de no usar
condón, por lo que, me temo, la bandera, la canción y la nación van a
traducirse en que a primeros de mes hay que abonar, tú; como siempre. Sigue
rigiendo la Norma Suprema de la cuenta
corriente, donde cada uno puede saber lo que debe y debe saber lo que puede;
artículo primero y único.
Para lo de Mas, Master Card; es decir,
autogestión de la recaudación de impuestos
y llámame tonto. Y si el populus quiere seguir queriendo independencia, don
Arturo sale mañana mismo diciendo que a los andaluces no sólo se les entiende perfectamente sino que, además, son para comérselos, y que él mismo tiene ascendencia de Lebrija. Que
el sentimiento no va de la mano del ser tonto.
Yo se
lo voy a agradecer más si convoca un referéndum mañana, sale que sí, y
el Mariano se deja de artículo dos y de pollas en vinagre, y se les da carta
libre para que gestionen sus tres millones de currantes, sus ochocientos mil
desocupados y su millón y medio de pensionistas; a ver si cuadra. Con respeto y
afecto, y nos votamos en Eurovisión, tú, a ver si el Serrat puede ir ahora sin presiones.
Lo que sea, nen. Lo que sea con tal de dejar de
oír ciertos insultos y ese desprecio creciente que, me temo, ya no va a hacer
otra cosa que crecer. Yo soy andaluz, ¿saben ustedes?; y a ciertas edades uno
no lleva muy bien que un descerebrado lo tilde de parásito y de subsidiado, cuando jamás he pedido ni la beca para el
sacapuntas. Cualquier cosa si lo que nos
trae es el silencio en vez de la xenofobia de i-phone y melenita con gafas de
pasta (gansa); si lo que llega es el fin del mearse en lo del otro para
defender lo de uno; y por fin, siendo vecinos, nos guardamos un mínimo de
respeto. Cualquier cosa, digo, antes que un día salte la chispa del odio y nos veamos jugando al ajedrez grande.
Cualquier cosa menos eso. Así que, si ésa es
tu verdadera, democrática y mayoritaria voluntad, ¡coge por la sombra,
Cataluña!
:)
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